Igualdad de trato es un anhelo, un derecho que todos merecemos, sin importar nuestra raza o género, o las creencias que defendemos. Que cada uno sea tratado igual, con justicia y sin discriminación, y que nuestras diferencias culturales no sean motivo de segregación. Que cada ser humano sea valorado, por su carácter y su bondad, y no por su aspecto o por su pasado, ni por ninguna otra superficialidad. Que la igualdad de trato sea una realidad, y que nuestra sociedad la respete y defienda, para que cada uno tenga las mismas oportunidades, y nuestro mundo sea más justo y más digno de ser vivido.